En el principio de todo fue el fútbol. Antes de los planetas, antes de las galaxias, antes que el espacio y el tiempo moldearan la existencia, el fútbol existía y apasionaba. Antes que aparecieran los elementos de la naturaleza : el hierro, el fósforo, el oxígeno. Antes de Dios y el Misterio, el fútbol ejercía ya su fuerza sobre todas las cosas y preconcebía lo que habría de venir. El Big Bang fue un disparo a puerta. Algo así deben haber sentido hoy los chicos del Infantil B y del Prebenjamín B que han ganado sus respectivas ligas y han pasado a formar parte del cosmos reservado a unos pocos. Felicidades a ambos.
En cuanto a nosotros, todo habido bien. Incluso donde no jugábamos, también hemos puntuado, pues el empate entre la Escuela de Gava y el Castelldefels nos coloca en segunda posición a un punto del primero, la escuela de Gavà, contra la que jugamos la última jornada de liga. Cuesta no pensar en otra cosa, en el último esfuerzo y cuesta mentalizar a los chicos que la temporada son 30 jornadas y su premio será el camino y no Ítaca. Llegar a esa isla es su aprendizaje, no la isla en sí misma. Como Ulises hemos recorrido peligrosos senderos, monstruos del mar y de la tierra, brujos que intentaban distraernos de la senda. Pero Ítaca está cerca. Un esfuerzo más, sólo un esfuerzo más.
